(Martines & Bremauntz 2004) señalan:
“El efecto invernadero resulta que es un filtro radioactivo, en donde no deja pasar los rayos solares, por consecuencia esta se calienta y emite la radiación terrestre que es absorbida y retenida por las nubes para un calentamiento de la corteza” (p. 29)
El CO2 es el principal gas causante del efecto invernadero, se origina a partir de la combustión del carbón, petróleo y gas natural.
Este gas absorbe gran parte de la radiación solar incidente, deteniéndola cerca de la superficie terrestre y produciendo un calentamiento progresivo de la misma. Como es el caso de grandes ciudades industrializadas como China en donde la luz del sol es obstruida por la contaminación existente.
El CO2 de forma natural es dispersando en su generalidad por la respiración de los seres vivos y la combustión de bosques, además de que contribuye de forma directa el ser humano, al producir anualmente grandes toneladas de este gas que al final se libera en la atmósfera como polución.
Un exceso de dióxido de carbono acentúa el fenómeno conocido como efecto invernadero, reduciendo la emisión de calor al espacio y provocando un mayor calentamiento del planeta.